Suta continuó con su relato:
“Pocos días después de la muerte del Rey, su joven hijo, Janamejaya se hizo cargo del trono vacante.
Pasaron los años.
Como adulto joven, Janamejaya empezó a preguntarse cuáles fueron las verdaderas razones de la extraña muerte de su padre, quien pareció haber sabido lo que le sucedería; así que, gracias a una extensa investigación llevada a cabo con los ancianos de la corte, rápidamente entendió todo lo sucedido.
Durante días reflexionó sobre lo que había sabido, y con el tiempo llegó a la siguiente conclusión:
‘Mi padre era inocente; tenía sed y no se dio cuenta de que el sabio estaba meditando. Por eso se comportó de esa manera. Mas no es admisible tal venganza sobre un Brahmana, quien representa al Señor supremo en la Tierra, por lo tanto, lo único que me queda por hacer es matar a la horrible serpiente que envenenó a mi padre, junto con toda su estirpe. Voy a destruir todas las razas de serpientes; voy a borrar de este mundo su presencia maligna.’
Se reunieron entonces los sacerdotes más expertos, y cuando ya él había consultado, uno de ellos dijo:
‘Oh, Rey, en los Vedas están contemplados numerosos sacrificios, incluidos los destinados a la destrucción de algunas especies consideradas perjudiciales. Entre ellos también se encuentran los de los Nagas. Pero siento que es un sacrificio muy oneroso y lleno de peligros. Para ponerlo en práctica, es necesario tener una determinación inquebrantable.’
‘Dentro de mí, ya he tomado la decisión’, replicó Janamejaya. ‘La muerte de mi padre llama a venganza. Las serpientes son una raza maligna y acosan a los hombres, mujeres y niños. Es mi opinión que deben ser exterminadas. Teniendo en cuenta que técnicamente es posible, me gustaría que los preparativos comenzaran inmediatamente.’
No pasaron muchos días hasta que el reinado de Janamejaya fue sacudido por una actividad febril e intensa.”
Esta es una sección del libro “Maha-bharata (Vol. 1), en Espanol.
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