Pasaron los años.
“Mientras tanto, continuó diciendo Vaishampayana, para las esposas de Pandu el deseo de tener hijos se hizo cada vez más fuerte. Entonces, conociendo la maldición infligida a su marido, decidieron hablar con él para encontrar alguna solución.
‘Los años se disuelven como la nieve al sol, dijo Kunti, y todavía no hemos tenido hijos. Toda mujer desea tenerlos y en nosotras la necesidad de la maternidad se ha vuelto muy fuerte. ¿Cómo podemos resolver este dilema que ahora perturba nuestros días?’
Pandu estaba desolado.
‘Me gustaría tener hijos, pero saben que no puedo ya que esto me costaría la vida. En tales circunstancias, no sé cuál podría ser la mejor decisión para todos.’
Durante esos días Kunti había estado pensando mucho sobre el tema y había decidido revelar el secreto de la bendición de Durvasa a su esposo, pero aún no había hablado con él por miedo a que no estuviera de acuerdo. ¡Pero cuán grande fue la alegría de Pandu cuando supo la noticia de que podría convertirse en el padre de una descendencia engendrada por seres de los planetas superiores!
En los días que siguieron, Kunti se aprestó para llamar a los Devas.
«Quiero que mi primer hijo posea, antes que nada, las cualidades de la justicia y la rectitud, pensó ella, así que lo voy a llamar Yamaraja».
De la unión del Deva que regula la justicia y el paso de las almas de un cuerpo a otro, nació un varón que fue llamado Yudhisthira.
«Ahora quiero tener un hijo que sea tan fuerte como ninguno lo ha sido, pensó Kunti. Llamaré a Vayu».
Ella dio a luz un segundo varón que fue llamado Bhima.
«Ahora deseo un tercer hijo que sea el más valiente en la batalla, y este niño, lo tendré con Indra».
De esa unión nació Arjuna.
En ese momento, sintiéndose completamente satisfecha, decidió no procrear más. Pero viendo a Madri que estaba abatida, Kunti le sonrió y le dijo:
‘Estimada amiga, sé que quieres una gran cantidad de niños. Ahora voy a enseñarte el mantra, para que tú misma puedas procrear.’
Queriendo tener una descendencia bella y de gran erudición y sabiduría, Madri hizo un llamamiento a los gemelos Ashvini Kumara, médicos de los Devas, y de ellos tuvo dos gemelos llamados Nakula y Sahadeva.
Aunque no eran los hijos directos de Pandu, ellos siempre fueron conocidos como los cinco Pandavas, porque nacieron de sus esposas.”
Esta es una sección del libro “Maha-bharata, Vol 1 de 2”, en Espanol.
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