“En los meses siguientes al Rajasuya de Yudhisthira, Duryodhana cayó en un estado depresivo que preocupó a todos sus amigos y familiares. Sakuni había comprendido de inmediato las razones y no pudiendo tolerar ver a su sobrino en ese estado, había decidido una vez más intervenir en su favor.
Por eso le dijo:
‘Ahora sé el motivo por el cual no estás de buen humor, y yo, que soy tu tío, quiero verte feliz. ¿Deseas deshacerte de tus enemigos de una vez por todas? Entonces escúchame bien.
Tú sabes que poseo unos dados con virtudes mágicas y he aprendido la ciencia de lanzarlos a la perfección con el fin de ganar todo el tiempo. También sabes que también a Yudhisthira este juego le gusta mucho, aunque no es particularmente hábil. Desafiémoslo entonces en una partida, que vamos a presentar como un juego inocente, y así podremos quitarles a los Pandavas todo lo que tienen.
Vueltos esclavos los cinco hermanos, finalmente tendrás tu venganza. Por supuesto, Yudhisthira también podría negarse a jugar contra mí, aunque no creo que lo haga, ya que uno de sus votos es nunca retirarse frente a un reto de cualquier tipo. Creo que esto puede ser la solución a tus problemas.
Convence a tu padre, continuó diciendo el cobarde de Sakuni, para construir un Sabha y luego insiste en invitar a tus primos a la apertura y a un juego de dados. Si lo logras, tus enemigos serán arruinados y toda su fortuna va a ser tuya.’
Duryodhana de inmediato se entusiasmó con la idea y el mismo día convenció a su padre para comenzar a trabajar en la construcción de un Sabha con Jayanta.
Apenas Vidura, Bhishma, Drona y los demas ancianos estuvieron conscientes de su intención de desafiar a Yudhisthira en un juego de dados, de inmediato supieron sus verdaderas intenciones, mirando en el futuro los desastres que podrían surgir. Todos trataron de convencer a Dhritarastra de parar el trabajo del Sabha, o al menos para que no permitiera el desafio de los dados, pero no se pudo lograr nada.
‘Es sólo un inocente juego de dados’, declaro Duryodhana cándidamente. ‘No puedo entender las razones de tanta preocupación por un sencillo juego social.’
Así que las labores continuaron, y cuando se completó el gran palacio el Rey ciego le pidió a Vidura que fuera a Indra-prastha a invitar a los Pandavas.
‘Dígales, fue el mensaje de Dhritarastra, que para celebrar el nuevo Sabha, mi hijo Duryodhana desea jugar a los dados en contra de ellos.
Vidura sabía bien que el inocente juego escondía en realidad una trampa y tenía temor de que Duryodhana en este nuevo intento arruinara a los Pandavas, esta vez habría causado una catástrofe. Así que dijo:
‘Querido hermano, el juego de azar ha sido siempre una fuente de discordia y a menudo de odio. Entre tu hijo y los primos jamás ha existido buena sangre, así que creo que sería sabio evitar cualquier situación que pueda dar lugar a nuevas fracturas. Esta partida de dados es una pésima idea. Yo te aconsejo que no permitas que se haga.’
‘Pero es sólo un juego entre amigos’, respondio Dhritarastra, ‘y no creo que pueda causar nada grave. No temas, Vidura.’
Vidura continuó respaldándose con miles de otras razones, pero fue en vano. El Rey ciego estaba demasiado consciente de las intenciones de su hijo, pero el deseo de verlo finalmente satisfecho era más fuerte que todo, incluso que los sentimientos de justicia y honestidad.
Con una profunda tristeza en su corazón, Vidura partió hacia la capital de los Pandavas.”
Esta es una sección del libro “Maha-bharata Vol. 1”, en Espanol.
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