Vaishampayana continuó narrando:
“Para los cinco jóvenes comenzó una vida completamente diferente. Los tiempos agradables, aunque austeros, en el bosque se habían ido, y por primera vez experimentaron las alegrías del mundo de la realeza hechas de esplendor y opulencia de todo tipo.
El tiempo pasó agradablemente entre los juegos de juventud, pero los chicos también prestaban atención al aprendizaje. Junto con muchos otros príncipes, los Pandavas profundizaron en los estudios que habían sido iniciados por los sabios del bosque. Eran chicos inteligentes y aprendían las cosas sin tener que hacer un esfuerzo especial. A medida que pasaban los días, se veía muy claro que los cinco hijos de Pandu tenían dones extraordinarios que les permitieron sobresalir por encima de todos los demás: Yudhisthira era el más sabio y el más virtuoso de todos, Bhima el más fuerte, Arjuna el más hábil con las armas, y Nakula y Sahadeva eran los más talentosos en el trato con los caballos.
Duryodhana, el hijo mayor de Dhritarastra, que creció de manera constante en compañía de los primos, estaba empezando a sentirse irritado por su supremacía, porque estropearon sus primeros juegos; no había ningún deporte en el que los mejores de entre ellos no fuera uno de los Pandavas.
Entonces, después de la irritación surgió la envidia y después el rencor. No hay que olvidar que, si Yudhisthira hubiese nacido un año más tarde o si los Pandavas no hubiesen regresado a Hastinapura, Duryodhana heredaría el trono de los Bharata. La idea de no poder convertirse en Rey molestaba cada vez más al joven, quien, a esa edad, ya estaba empezando a dar importancia a su futuro.
La envidia se convirtió en fuego ardiente, especialmente contra Bhima, quien, en su inocencia juvenil, no se perdía ninguna oportunidad para humillarlo delante de todos. Gracias a su fuerza sobrehumana, Bhima lo derrotaba siempre, especialmente en la lucha. Duryodhana no podía evitar recordar los viejos tiempos, cuando todavía no habían llegado los primos y él era el objeto de la atención de todas las personas en la corte. Ahora todo el mundo hablaba de ellos, elogiándolos constantemente. Durante esa temporada el joven sufrió mucho.
Duryodhana tenía un tío materno llamado Sakuni que era particularmente aficionado a su sobrino. Sakuni notó que algo no le permitía a Duryodhana estar de su humor habitual y se preguntaba qué podría haberle ocurrido. Así, en un momento en que lo encontró solo, le habló.
‘Hace mucho tiempo que te veo apesumbrado y me resulta extraño’, le dijo Sakuni. ‘Por lo general, siempre estás alegre y dispuesto a bromear con todo el mundo. ¿Tienes un problema? ¿Algún pensamiento que te preocupa de más? Ábrete conmigo, Duryodhana, dime lo que te tiene tan triste.’
Duryodhana dijo:
‘¿Que qué me preocupa? ¿Es tan difícil de entender? Antes de la llegada de los Pandavas yo estaba destinado a convertirme en el Rey de los Bharatas y, ciertamente, el emperador de todo el mundo. Toda la atención era para mí y todos ustedes me cubrían de afecto. También yo era siempre el mejor en los juegos de guerra y nadie me ganaba.
Pero desde el momento en que los hijos de Pandu llegaron, todo ha cambiado. No me convertiré en Rey por la ceguera de mi padre, en cambio Yudhisthira, quien nació un año antes que yo, pronto ascenderá al trono. Y como si no bastara, su superioridad es real, él es realmente mejor que yo en muchos aspectos y sus leales hermanos siempre le dan el máximo apoyo.
Imagínate cómo sería una pelea entre Yudhisthira y yo: ¿nunca has visto pelear a Bhima? Su fuerza física es sobrehumana; siempre y cuando él esté, Yudhisthira podrá dormir un tranquilo sueño. Y, además, Arjuna… su educación militar justo ha empezado, y, sin embargo, utiliza las armas como si nunca hubiera hecho otra cosa desde los primeros años de su vida.
Mira a Nakula, ¿alguna vez has visto a un joven más bello? Sus características físicas son tan perfectas como las de los Devas de los planetas superiores y pelea con la agilidad de un Gandharva. Las jóvenes no tienen ojos nada más que para él.
¿Y Sahadeva? Piensa, que hasta logra hablar con los caballos y los monta a la perfección.
Los cinco son virtuosos, amables, inteligentes, y nadie puede dejar de amarlos incondicionalmente. Nuestro Bhishma los adora a ellos, el maestro Kripa se reserva para ellos su amabilidad más particular, las caras de los Brahmanas de la corte se iluminan cuando los ven, e incluso mi padre no oculta su aprecio hacia ellos. En resumen, desde que ellos llegaron, mis hermanos y yo ya no existimos y no tenemos la misma dirección que teníamos antes. Teniendo en cuenta esta situación, ¿no debería uno sentirse amargado?’
El estallido de Duryodhana fue largo y amargo; pudiera ser que no deseara nada más que desahogarse con alguien, pero, había elegido a la persona equivocada. Habría muchas cosas que Sakuni pudo haber dicho para aliviar el dolor de su sobrino, pero, entre todas, eligió la menos apropiada.
Por otra parte, no toda aquella lamentación tenía base real; sin duda, los ancianos de la corte amaban a los Pandavas y ellos les reservaban atenciones especiales, pero no era cierto que Duryodhana había sido dejado a un lado. También, los cinco jóvenes habían vivido en el bosque, sin ninguna facilidad y tuvieron que soportar el dolor de ver a su padre muerto, por lo que era natural que los ancianos Kuravas, trataran de hacer que se sintieran amados y protegidos. Pero incluso él, Duryodhana, estaba en el centro de las manifestaciones de afecto, aunque por supuesto, no era igual que antes de la llegada de los Pandavas. Un joven normal de su edad se habría sentido satisfecho por aquella atención, pero por desgracia él no era una persona normal: él tenía un gran problema, inherente a su naturaleza: era envidioso, no soportaba a ninguno que tuviera algo más que él. Su celo era proporcional a la intensidad de la fuerza de Bhima y a la habilidad de Arjuna.
‘Me imaginaba algo así’, respondió Sakuni. ‘Yo estaba considerando seriamente la situación. Sé que los Pandavas tienen cualidades excepcionales, que parecen ser casi de origen divino. En todo el mundo no hay jóvenes como ellos. Cuando crezcan tomarán el comando de este vasto reino por derecho de nacimiento, y seguramente gobernarán con fuerza. Entonces, ¿qué quedaría para ti y tus hermanos? como mucho, el mando de alguna provincia, y estarían siempre sujetos a los primos presuntuosos. Algunos podrían decir que son tan buenos de alma que sentirías el peso por el hecho de que son los gobernantes supremos. Pero, sabemos que el poder se sube a la cabeza y hace perder toda virtud.
Mi sobrino, estoy de acuerdo contigo: todo esto me hace pensar que un día, considerándote un enemigo potencial, los hijos de Pandu, marcharán contra ti y tus hermanos con el fin de destruirlos. No tengo ninguna duda de que va a pasar propiamente esto.’
¿Por qué Sakuni le había dicho esas palabras a su sobrino? Probablemente pensó que las cosas deberían ir inevitablemente en esa dirección, pero había otras razones. No hay que olvidar que él era el tío directo de Duryodhana y quien lógicamente prefería tenerlo a él como Rey de los Bharatas en lugar de Yudhisthira, cuyo poder temía. Si en un futuro el joven hijo de Gandhari llegara a convertirse en Rey, en su reinado, el de los gandharas, habría podido adquirir grandes beneficios. Ciertamente no podía predecir qué pliegues tomaría el futuro.
‘Pero entonces, ¿qué se puede hacer?’, preguntó Duryodhana. ‘Yudhisthira es el heredero por derecho y nosotros no podemos convencer a mi padre, a Bhishma y a todos los ancianos de ir en contra de las ordenanzas de las escrituras que siempre han sido observadas por cada familia noble. Para nosotros, no hay nada que hacer.’
‘Un príncipe como tú, que pertenece a una estirpe célebre en todo el mundo por su valor y su inteligencia’, dijo el tío en un tono combativo, ‘nunca debe sentirse inerte frente a las dificultades. Pero siempre tendrás el deber de actuar con gran vigor porque esto puede influir en tu futuro y en el de tus familiares, incluido yo mismo. Actúa con fuerza. No es verdad que no se puede hacer algo para resolver esta situación. Para cada problema existe una solución; solo basta saberla encontrar.’
Duryodhana estaba impresionado por aquellas palabras. Hasta entonces había considerado la situación como una maldición a la que era imposible escapar, por lo que la había vivido con resignación, pero ahora, al escuchar las palabras de su tío, una luz de esperanza se encendió en su corazón y las primeras ideas diabólicas comenzaron rápidamente a fluir en su interior carcomido por la envidia.
‘Es necesario quitarle el poder a los Pandavas lo más rápido posible’, insistió Sakuni, ‘porque con el tiempo ellos van a formar nuevas amistades y alianzas y su poder se incrementará hasta llegar al punto en el que se convertirán en verdaderamente invencibles.’
Convencido por Sakuni, Duryodhana liberó su envidia de cualquier inhibición.
‘Es cierto, hay que tomar medidas contra la fuente principal de sus fuerzas, y sé cuál es: Bhima. Cuando uno cualquiera ataque a Yudhisthira, Bhima inmediatamente intervendrá con su fuerza sobrehumana y lo liberará de cualquier peligro. Y cuanto más tiempo pase, más fuerte se volverá. Si queremos liberarnos de los Pandavas tendremos que eliminar primero a Bhima.’
Así, también informaron a Dussasana, el hermano más joven de Duryodhana, y concertaron el plan para envenenar a Bhima y lanzarlo al río. El plan no fue difícil de lograr porque nadie habría sospechado nunca que Duryodhana pudiera llegar a tal punto. Su celo hacia los primos era conocido, pero, parecía más una cosa entre jóvenes.
Los tres conspiradores mezclaron veneno en la comida del Pandava, quien, después de comer, cayó al suelo, aparentemente sin vida. Luego lo ataron y lo echaron en el Ganges.
Convencidos de que lo habían matado y, plenamente satisfechos con su maldad, volvieron al palacio.
Mientras tanto, el cuerpo de Bhima había sido tragado por las aguas del río y se hundió inexorablemente hacia el fondo.
En las profundidades del Ganges vivían muchas serpientes venenosas quienes notaron aquella presencia humana, y temiendo estar en peligro, la atacaron, mordiéndola repetidamente. El veneno de las Nagas se mezcló con el veneno que Bhima había ingerido, causando una reacción química tal que actuó como un antídoto. Las Nagas, al ver que el cuerpo se movía a pesar de haberle inyectado su potente veneno, quedaron estupefactas y corrieron a informarle a su Rey, Vasuki, sobre la extraña ocurrencia. Él quiso ir en persona a la escena para asegurarse del incidente e inmediatamente reconoció que la persona inconsciente era Bhima.
‘Sin ustedes saberlo han salvado la vida del valiente hijo de Pandu,’ proclamó Vasuki, ‘quien nos ayudará a liberar al mundo de la potencia no deseada de los asuras. Vigílenlo y cuídenlo. Tan pronto esté a punto de despertar, corran a avisarme.’
Bhima durmió profundamente durante unos días y luego empezó a recobrar la conciencia. Cuando abrió los ojos, ¡cuán grande fue su asombro al verse rodeado de serpientes! Las Nagas, de hecho, tan pronto se dieron cuenta de que su huésped estaba despertando, fueron rápidamente a llamar a Vasuki. Así que en ese momento estaban todos allí, en su cabecera.
‘¿Dónde estoy? ¿Quién es usted? ¿Por qué estoy en estas aguas?’, preguntó Bhima.
‘Soy Vasuki, el hijo mayor de Maharshi Kashyapa. Estás hundido en estas aguas y estabas listo para morir a causa de un potente veneno que habías ingerido, pero ellas, mordiéndote, te han salvado. Debes saber que estás protegido por el Brahman Supremo, la Persona Divina misma, quien cuida de ti y de tus hermanos. Sabed que vienen tiempos muy difíciles y que sus vidas están constantemente en peligro. No confíen en sus primos; son almas malignas, especialmente Duryodhana, que es envidioso de ustedes. Fue él quien puso el veneno en la comida, y si no fuera por su nacimiento divino y la protección que disfruta junto a sus hermanos, estaría muerto. Regresa a donde ellos, y de ahora en adelante, deben vigilar atentamente.’
Vasuki le dio a beber a Bhima un brebaje divino que le multiplicaba la fuerza física, la cual ya era considerable. Como resultado del elixir, Bhima cayó en un sueño profundo y durmió durante ocho días. Después de haber pasado otros dos días en compañía de Vasuki, el Pandava regresó a la tierra.
Él les contó todo lo que le había sucedido a sus hermanos, quienes para entonces habían experimentado momentos de gran angustia.
‘A partir de ahora hay que tener mucho cuidado, ya que parece que el período de la infancia de Duryodhana ha terminado y tiene la intención de cometer acciones demoníacas,’ concluyó Yudhisthira.
Kunti, Vidura y Bhishma, quienes supieron de aquel terrible acontecimiento, comenzaron a preocuparse seriamente.
Cuando Duryodhana supo que Bhima estaba vivo, se reunió con Sakuni y Dussasana para diseñar otros planes para tratar de deshacerse de los intrusos primos.”
Esta es una sección del libro “Maha-bharata Vol. 1”, en Espanol.
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