El Medallón del Amor
de Vishvanatha Chakravarti Thakura
Krishna Renuncia a su Disfraz y es Castigado
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Sri Hari tomo esta oportunidad para de repente quitarse el disfraz de semidiosa y hacer saber de su presencia a las otras queridas amigas que se encontraban reunidas. Con un movimiento de Sus cejas, señaló solo aquellas mas queridas gopis quienes favorecían Su revelación , y empezó a besarlas y abrazarlas repetidamente sin restricciones.
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En este momento, todos los miembros de Sri Radhika se estremecieron con éxtasis, y en su meditación, pudo percibir que su amado estaba presente; al abrir Sus ojos y percatarse de que efectivamente había llegado, Su torrente de lágrimas tan jubilosas, mostró cómo Su corazón había quedado completamente inmerso en la mas elevada bienaventuranza extática. Ahora parecía realmente una yoguini, ya que Sus ojos estaban despojados del maquillaje que había sido lavado por sus lágrimas de éxtasis.
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Después de algunos minutos recuperó su compostura, tímidamente cubrió su rostro y sus bellos ojos con su velo. Entonces, Lalita Sakhi se dirigió a Sri Krishna: “¡Oh, juguetón! ¡Es sorprendente que hayas de algún modo llegado aquí sin ser detectado!
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Sólo a las jóvenes castas les es permitido entrar a esta resguardada parte interior del Palacio. ¡Ni el viento es capaz de entrar aquí! ¡Cielos! ¡Aquel hombre que es suficientemente temerario para osar entrar a esta impenetrable morada debe verdaderamente ser la joya cimera de los valientes!
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No sólo es la recámara interior inaccesible, sino que además la hija del Rey Vrisabhanu es guardada celosamente por muchas otras jóvenes protectoras cual fieras como yo. Sri Radha se había purificado primero, al bañarse en el divino río distinguido por la fama de las jóvenes supremamente castas con extremo sentimentalismo y luego tomó asiento en un cojín para empezar su diaria adoración del Dios del Sol. Pero después de cerrar Sus ojos para meditar en él, de repente con gran osadía, has llegado Tú y ¡has tenido aun la audacia de tocar su cuerpo por la fuerza! ¿Acaso no le temes al Dios del Sol Surya Deva? ¿No tienes consideración alguna para la etiqueta social o las virtudes morales? Sin mencionar la vergüenza, de la cuál ¡obviamente no sabes nada!
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¡Oh, Madhava! (¡Oh, Tú quien eres experto en deleitarte en la madurez conyugal de la dulzura!) Qué glorioso es que las cosas hoy hayan resultado tan bien de acuerdo a Tus deseos, por que sucede que Jatila, la suegra de Sri Radhika, al igual que su temperamental marido Abhimanyu, no se encuentran en casa. ¡Ay de mí! Somos sólo jóvenes inocentes y desamparadas, y así , ¿Que podemos hacer para defendernos de Ti? ¡Oh, el mejor de los seductores! ¡Verdaderamente has sido protegido por Tu buena fortuna!”
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