Érase una vez que un príncipe conoció a una chica muy hermosa. Él visitó su casa para verla, pero ella era muy casta. El príncipe quería casarse con esta hermosa chica, pero ella no quería casarse con él. Entonces ella le dijo:
“Quieres casarte conmigo, eres atraído por mi belleza, así que destilaré mi belleza en los próximos diez días.”
El príncipe estuvo de acuerdo.
La hermosa joven dijo:
“Si todavía quieres tomarme como tu esposa, entonces puedes llevarme”.
El príncipe respondió:
“Está bien, está bien, volveré dentro de diez días y ciertamente te consideraré mi esposa mi bella y joven doncella”.
Tan pronto se fue, la hermosa joven comenzó a tomar purgantes muy fuertes. Ella mantuvo todo el vómito y el excremento en una olla grande. No comía nada, simplemente estaba evacuando y vomitando, por lo que en diez días todo su hermoso cuerpo fue destruido. Ella era de un color gris, era muy flaca, muy débil, no podía reconocerse como la misma persona.
Después de diez días, el príncipe regresó a visitar a la hermosa joven. Ella le abrió la puerta.
Cuando el príncipe la vio, dijo:
“He venido a ver a una mujer muy bella con la que estoy a punto de casarme”.
Entonces la niña dijo:
“Soy esa hermosa jovencita”.
Él respondió:
“No, no es verdad. ¿Como podría ser posible?”
Ella dijo:
“Sí, soy esa hermosa joven, he destilado mi belleza, ven a verla”.
Llevó al príncipe al lugar donde estaba guardando la olla grande que contenía todas sus heces, vómitos y orina y dijo:
“Aquí está mi belleza”.
Esta es una sección del libro “La Quinta Nota”, en Espanol.
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