Por: S.S Radhanath Swami.
Cuando el Señor Caitanya estaba viviendo en Jagannath Puri, él decidió ir a Vrindavan. Se fue con algunos de sus colaboradores más cercanos. Llegaron a Navadwip donde Sri Caitanya Mahaprabhu se quedó en un lugar llamado Kuliyagram en la isla de Koladwip. Allí, todas aquellas personalidades que sufrian de odio, envidia y blasfemia vinieron a ver al Señor para pedir perdón. Incluso aquellos que blasfemaron y ofendieron al Señor mismo. El Señor Caitanya les dio la bienvenida. Una persona dijo, “Con mi boca, he dicho tantas cosas horribles en su contra, en contra de sus devotos, en contra de personas inocentes. Ahora me arrepiento. ¿Qué debo hacer? “El Señor Caitanya dijo: criticar a los demás es como beber veneno, porque la blasfemia y la crítica son veneno mismo.
Y cuando hablamos con nuestra lengua, el veneno no sólo va a salir de nosotros. Creemos que nuestra palabra se va fuera de nuestra boca hacia las personas que oyen. Pero en realidad está siendo probado por la lengua y se digiere profundamente en el corazón. Y es como un veneno, veneno en el sentido de que corrompe a nuestra conciencia, mata nuestras buenas cualidades. Sólo hay un antídoto para ese veneno que es como el mismo nectar, amrita. ¿Y cuál es ese néctar? Solo hablar de las cualidades de los demás, no es cuestión de estar halagando, sino que apreciar realmente lo bueno en los demás.
Hablemos de las buenas cualidades, apreciemos y alentemos a otros, alabando los actos de devoción y a las personas piadosas que elevan a los que están en problemas, y mientras bebamos el néctar del santo nombre cantando Hare Krishna Hare Krishna Krishna Krishna Hare Hare Hare Rama Hare Rama Rama Rama Hare Hare. No sólo que con esto vamos a neutralizar los efectos tóxicos sino que podremos nutrir, enriquecer, iluminar el alma y alcanzar la perfeccion.
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