“Al cabo de unos meses, el santo Lomasa partió.
Poco tiempo después los Pandavas decidieron dejar las cumbres del Himalaya y descender al valle para retornar a Kamyaka.
Como siempre, a lo largo del camino, los hermanos pudieron visitar muchos lugares de interés, incluyendo el ashrama de Vrishaparva.
Un día, mientras Bhima estaba solo en el bosque, no sintió la presencia de una gigantesca pitón en la rama de un árbol, por lo cual, cuando caminó debajo este, fue apresado por su espiral. El hijo de Pandu nunca prestó especial atención a los peligros planteados por los animales de la jungla porque pensaba que era lo suficientemente fuerte como para superar cualquier adversidad. Por lo tanto, cuando trató de liberarse alargando sus fuertes brazos, se sorprendió al no poder hacerlo. Luego, trató de utilizar todo el poder a su disposición, pero el cuerpo del animal parecía estar hecho de un metal muy duro. Lo extraño era que mientras más energía utilizaba más sentía que esta le faltaba. Aquello no podía ser una pitón normal.
‘¿Quién eres’, preguntó el Pandava, agotado, ‘que puedes resistir la presión de mis brazos? Seguramente no eres una serpiente común, de lo contrario tu cuerpo ya se habría despedazado.’
‘Hace mucho tiempo yo era un Rey muy famoso’, contestó la serpiente. ‘Después el Rishi Agastya me maldijo para que yo naciera en esta miserable forma viviente, pero ahora no tengo ganas de hablar. Hoy estoy particularmente hambriento, y la providencia te ha enviado hasta mí para satisfacer mi hambre.’
Mientras tanto, Yudhisthira, que había visto en el cielo los avisos de una gran tragedia, preguntó cuál de sus hermanos faltaba. Cuando se le dijo que Bhima no estaba allí, muy preocupado se lanzó tras sus huellas en la densa foresta. Lo encontró envuelto en las espirales del gigantesco pitón mientras se retorcía casi desprovisto de energía. De inmediato se dio cuenta de que debía haber algo extraño. ¿Quién podría haber reducido a Bhima a aquel estado?
‘¿Quién eres tú, preguntó, que has sido capaz de privar de toda su fuerza al poderoso hijo de Vayu? Revélame tu nombre y tu historia.’
‘Soy Nahusha, uno de sus antepasados. Ya que has preguntado, escúchame y te contaré brevemente mi historia.
Cuando Indra tuvo que esconderse para expiar las ofensas cometidas al Guru Vishvarupa y por el asesinato del demonio Vritra, el trono de los Devas permaneció vacío. Los Rishis entonces vinieron donde mí, en la Tierra, y me pidieron que sustituyera a su Rey, hasta que este regresara.
Yo, que no me consideraba lo suficientemente poderoso como para gobernar todo el universo ni para enfrentarme con los Asuras más fuertes, le expresé a ellos mis dudas.
Los sabios me aseguraron:
«No temas, nosotros te daremos el poder de absorber la energía de cualquier ser viviente que encuentres, de modo que podrás enfrentar todas las situaciones de emergencia y vencer a cualquier adversario».
Así es que comencé a gobernar Svarga con suficiente rectitud, obedeciendo siempre los consejos de los santos.
Pero en cierto momento el poder me jugó una mala pasada y empecé a pensar que me había convertido en invencible. Me fijé en la esposa de Indra, Saci, y pretendía que fuese mía. Ella, casta y fiel a su marido, me rechazó varias veces. Por esta razón, los Devas y los Brahmanas se vieron obligados a poner fin a mi gobierno malvado.
Un día, Saci me dijo:
«Seré tuya si vienes a mi casa en un palanquín con el apoyo de los siete Rishis, incluyendo a Agastya.»
Yo, que estaba como enloquecido por su divina belleza, con tal de tenerla, no pensé en el grave pecado que estaba a punto de cometer y ordené a los sabios que me llevaran.
A medida que caminábamos hacia la casa de Saci, con impaciencia de poseerla, le di al venerable Agastya varias patadas diciéndole: “¡sarpa, sarpa!” Sarpa significa “rápido”, más también, significa “serpiente”.
A continuación, el Rishi me maldijo diciéndome:
«Debido a que me diste una patada como un pueblerino sin cultura, te convertirás en una serpiente en la Tierra, y vivirás mucho tiempo en dicha condición. Te liberarás sólo cuando alguien sepa responder perfectamente a las preguntas más complicadas sobre la sabiduría humana».
Por esta razón, todavía hoy vivo como una serpiente pitón en esta jungla, y ahora voy a satisfacer mi hambre con el cuerpo de tu hermano, a menos que desees intentar responder a mis preguntas.
‘Dímelas, lo quiero intentar’, contestó el Pandava.
La discusión se prolongó durante algún tiempo y como el Pandava contestaba a todas las preguntas que Nahusha le formulaba, al final este liberó a Bhima. Como por encanto, el cuerpo de la serpiente desapareció y en su lugar se manifestó su forma humana original. Delante de sus ojos, Nahusha ascendió al cielo. Bhima estaba a salvo.
Reanudando el viaje, los hermanos se detuvieron por algún tiempo en el bosque pacífico de Dvaita, el cual ya habían podido visitar durante su viaje de ida. Ya que el período de exilio se estaba acabando, nadie era capaz de prestarle real atención a las bellezas naturales. El pensamiento de todos estaba dirigido hacia el día de la guerra.”
Esta es una sección del libro “Mahabharata, vol. 1”, en Espanol.
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