“No siempre la vida en el bosque era idílica. A menudo el frío, los animales y otros fenómenos naturales la volvían dura y difícil, especialmente en la temporada de invierno, en la cual la delicada Draupadi sufría. Además de todo eso también sentía la falta de Arjuna.
Durante aquella temporada, las presiones de Bhima y Draupadi, sus lamentaciones y sus acusaciones incrementaron volviéndose cada vez más ásperas.
Yudhisthira trataba de calmarlos, y aunque exteriormente aparentaba estar siempre tranquilo y controlado, en realidad la inquietud de su hermano y su esposa tocaron su corazón. Esto aumentaba en él el remordimiento de haberlos puesto en aquella condición de sufrimiento.
Afortunadamente, la llegada de Brihadashva alivió un poco la tensión.
Por cierto, en ese momento el mayor de los Pandavas, con la ayuda del Rishi, fue capaz de estudiar la ciencia del juego de los dados.
Yudhisthira, sin embargo, no fue el único en aprender cosas nuevas. Brihadashva, de hecho, impartió lecciones sobre diversos temas que eran de actualidad.
Como se pueden imaginar, el paso del tiempo de aquella manera parecía volar. Pero las sorpresas placenteras todavía no habían terminado: unos pocos días más tarde llego también Narada, quien estaba al corriente de los anhelos de algunos de ellos.
‘Puede ser muy agotador para una persona estar quieto en un solo lugar durante tanto tiempo,’ dijo entonces el sabio. ‘Tal vez sería mejor que se movieran. Sin duda, un tirtha-yatra les hará bien. En estos casos una peregrinación distrae los pensamientos negativos y purifica la mente y el corazón.’
Dhaumya estaba de acuerdo, pero hubiera sido necesaria una guía experta en los numerosos lugares sagrados de Bharata-varsha.
El destino quiso que exactamente en aquellos días, llegara de los planetas celestiales Lomasa, el cual les contó las noticias más recientes sobre el desarrollo del viaje de Arjuna y les dio el mensaje de Indra. Inmensamente felices y animados por la noticia de que su hermano había logrado su objetivo, apenas escucharon que Indra también les aconsejaba un viaje, le pidieron a Lomasa que los guiara. El sabio aceptó de buen grado.
Pocos días después los Pandavas partieron.
En primer lugar, visitaron Naimisha, la región en la que fluye el sagrado Gomati, después vieron el santísimo lugar de Prayaga, donde las aguas de oro del Ganges se unen con las del Yamuna azul; en ese momento el lugar fue llamado Triveni Sangama. Y continuaron así visitando muchos lugares entre los más bendecidos y hermosos en la India. Y dondequiera que estuvieron, Lomasa les contaba maravillosas historias de grandes hombres que habían vivido en aquellos lugares.
Luego se dirigieron hacia el occidente y al llegar a Dvaraka, pasaron unos días maravillosos con Krishna, Balarama y los demás Vrishnis.
Reanudando el viaje, se dirigieron hacia el norte.
Ellos quisieron hacer una parada en la rivera del Sarasvati, el lugar donde Shibi mostró su grandeza a Indra y luego en Mainaka y Kailasha, donde se puede admirar la fuente del Ganges. En aquella atmósfera paradisíaca, incluso Bhima olvidó su odio y sus sufrimientos.”
Esta es una sección del libro “Maha-bharata”, en Espanol.
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