Érase una vez un leñador que recogió un gran fardo de leña del bosque y regresaba a casa. El bulto era muy pesado y como resultado sintió un dolor insoportable tan solo por ganar algo de dinero para llenar su barriga. De repente, debido a la frustración, arrojó la madera al suelo y se lamentó: “incluso el deshonroso Yama me ha olvidado. Sentiré alivio si él viene de inmediato y me lleva”.
Inmediatamente Yamaraja apareció allí y dijo:
“Yo soy Yamaraja, y he venido. ¿Por qué me llamaste?”
El leñador se quedó sin palabras y atónito. Su renuncia se secó. Se apegó mucho al mismo cuerpo, al que pensaba renunciar.
Entonces se apresuró a decir “¡Oh tú! ¡Oh Señor Yama! No es nada serio. Acabo de llamarte para que me ayudes a poner este fardo de madera en mi cabeza.”
Esa es la situación de la mayoría de los falsos renunciantes. En la realidad, ellos no son sannyasis.
Srila Bhaktisddhanta Saraswati Prabhupada.
Vaktrtavali
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