Ese bosque infestado de terribles Raksasas se llamaba Dandaka. En el camino se encontraron con las chozas de ascetas silenciosos siempre serenos, sonrientes, poseedores de un profundo conocimiento de las cosas espirituales. Siempre estuvieron disponibles para dialogar y respondieron a todas las preguntas. Sus glorias eran las austeridades y el estudio de los sagrados Vedas, y era gracias a su vida santa que la paz existía en el planeta. En aquellos días gozaban de un gran respeto por parte de los monarcas. Rama les ofreció respetuosas reverencias a cada uno y les preguntó acerca de su bienestar. Descubrió que las respuestas eran bastante similares entre sí.
“Todo va bien en la práctica de nuestras austeridades, pero lamentablemente los Raksasas que rondan este bosque siempre nos molestan. Por favor protégenos de estos seres malvados. Si los eliminaras, facilitarías la ejecución de nuestras disciplinas,” le dijeron.
Rama les prometió protección a todos. El príncipe y sus seres queridos se adentraron en el terrible bosque en busca de los Raksasas.
Pronto, se encontraron con uno. Era un monstruo espantoso, del tamaño de una montaña y con una voz aterradora. Tenía brazos muy largos y estaba cubierto de pelo rojizo, en cuanto los vio atacó de inmediato extendiendo los brazos desproporcionadamente. Rápido como un rayo, agarró a Sita y la secuestró. Pero Rama lo siguió y después de una corta pelea lo mató. Cuando estaba a punto de exhalar su último aliento, ante el asombro de los príncipes, el Raksasa habló:
“Me llamo Viradha. Ahora me ves como un monstruo aterrador, pero en mi vida anterior yo era un Gandharva llamado Tumvuru. Fui sentenciado a estar en esta forma miserable por una maldición. Un día iba a realizar un servicio importante para Kuvera cuando vi a la Apsara Rambha. Atraído por su belleza, la seguí, descuidando mi deber. Fue por esa razón que Kuvera me maldijo y me convertí en un Raksasa terrible. Pero antes me dijo que recuperaría mi estado original cuando fuera asesinado por el hijo de Dasaratha llamado Rama. Gracias a ti, ahora regresaré a Svarga-loka.”
Entonces Viradha dejó su cuerpo.
Esta es una sección del libro “Ramayana (Tal como es)”, en Espanol.
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