Durante su peregrinaje, Duhkhi Krishna Dasa había estado en los doce encantadores bosques y jardines de la tierra sagrada de Vraja Mandala[1], que una vez había sido tocado por los pies de loto de Sri Sri Radha Krishna. Recordaba constantemente esos maravillosos lugares.
Debido a esta intensa atracción, obtuvo nuevamente el permiso de sus padres en 1566 AD para dejar su aldea e ir a Vraja.
Él primero se quedó algunos días en Ambika, donde Hridaya Caitanya se asombró al realizar lo tanto que él había avanzado en devoción exclusiva siguiendo sus directivas. Él le preguntó:
“Duhkhi Krishna, tu servicio mientras estés aquí será llevar agua regularmente al jardín de flores de Sri Sri Gaura y Nityananda”.
Lo hizo con gusto. Siguiendo este orden con la mente y el cuerpo, todos los días llenaba un cántaro con agua del Ganges, se lo colocaba sobre la cabeza, lo llevaba al jardín, regaba el jardín con él y luego empezaba de nuevo. El mero pensamiento de que estaba regando el jardín de Sri Sri Nitai y Gauranga haría que sus ojos se llenaran de lágrimas de amor. Ni siquiera sabía cuántos cántaros de agua había traído. Poco a poco, debido al roce del cántaro, le fueron apareciendo heridas en la cabeza, que pronto se infectaron por gusanos. Sin embargo, estaba tan absorto en su servicio que esto no hizo ninguna diferencia para él.
Un día, cuando llegó al jardín con un cántaro lleno de agua en la cabeza, su Gurudeva estaba presente allí. Tan pronto como colocó la jarra en el suelo, un gusano cayó de su cabeza justo delante de su Gurudeva. Al verlo, Hridaya Caitanya se perturbó, especialmente cuando notó que la cabeza de Duhkhi Krishna Dasa estaba llena de heridas infectadas por gusanos. Entendió que esto había sucedido solo porque había estado obedeciendo su orden, y haciéndolo a pesar de muchos problemas, sin contarle a nadie sus dificultades[2].
El corazón de Sri Gurudeva entonces se derritió con afecto paternal por su discípulo. Lo abrazó y lo hizo sentarse a su lado. Puso su mano dotada de poder místico sobre la cabeza de su discípulo e hizo desaparecer inmediatamente tanto las heridas como los gusanos.
Después de esto, Sri Hridaya Caitanya Thakura sintió que Duhkhi Krishna Dasa estaba calificado para adorar a Sri Sri Radha Krishna y, por lo tanto, debería ser enviado a la tierra de Sus pasatiempos, Sri Vraja Mandala.
Llegando a esta conclusión, le dijo a Duhkhi Krishna Dasa:
“Mi querido niño, ve rápidamente a Vrindavana. Allí todos tus deseos serán cumplidos por Jiva Gosvami. Debes estudiar la literatura Vaisnava bajo la tutela de Srila Jiva Gosvami”.
En el momento de su partida, su Gurú le dio muchas instrucciones y también le dijo:
“Dile a los Gosvamis en Vrindavana que les ofrezco mis más humildes reverencias”.
Duhkhi Krishna Dasa dijo:
“Sí, lo haré.”
En un día auspicioso, partió hacia el sagrado dhama de Vrindavana.
[1] En los ochenta y cuatro kosas de Vraja-mandala, hay cuarenta y ocho bosques diferentes (vanas), que incluyen upavanas (subbosques), prativanas y adhivanas. Según el Padma Purana, hay doce bosques principales situados al este y al oeste del Yamuna. Ellos son (1) Mahavana, (2) Kamyavana, (3) Madhuvana, (4) Talavana, (5) Kumudavana, (6) Bhandiravana, (7) Vrindavana, (8) Khadiravana, (9) Lohavana, (10) Bhadravana, (11) Bahulavana y (12) Baelvana.
[2] Esta es una lección muy importante para todos aquellos que se toman en serio ser discípulos.
Esta es una sección del libro “Syamananda, la Felicidad de Radharani”, en Espanol.
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