Al comienzo de la sección veintinueve encontramos la palabra atha, comúnmente usada para indicar solemnemente el comienzo de un discurso sagrado. Hemos dicho que Suta Gosvami relató el Bhagavatam a los sabios de Naimisa, repitiendo lo que había escuchado de Sukadeva Gosvami durante el discurso en Pariksit. Jiva Gosvami informa que en los versos 12.12.68 y 69 del Bhagavatam, Suta le ofrece homenaje al nitya-siddha, su Maestro espiritual: “Rindo homenaje al hijo de Vyasa (Sri Sukadeva Gosvami), el destructor de todos los pecados, cuya mente está llena de felicidad interior”.
Habiendo dejado a un lado todos los demás pensamientos, condujo su corazón en la dirección de la encantadora lila de Krishna, y con compasión manifestó este Purana, que trata sobre Krishna mismo, iluminando cada lugar como una lámpara.
En cierto sentido, también se podría decir que es con este verso que el Gosvami de Vrindavana comienza su trabajo, siendo legítimo considerar los sutras precedentes como introductorios. La presencia de un guru del calibre de Sri Sukadeva es esencial para el avance espiritual. Sin una guía de esa importancia es virtualmente imposible penetrar directamente en las maravillas de los pasatiempos trascendentales de Krishna en Goloka Vrindavana.
Dice el Mundaka Upanisad (1.2.12):
tad vijnanartham sa gurum evabhigacchet
samit panih srotriyam brahma-nistham
“Para aprender la ciencia del servicio devocional trascendental al Señor Supremo es necesario acercarse, con las manos unidas, a un maestro espiritual realizado, experto en literatura védica y firme en el servicio devocional al Señor”.
En este verso se exponen las cualidades de un discípulo y las de un maestro espiritual. El primero debe estar ansioso por conocer a un guru genuino y estudiar con él con humildad y con deseo de aprender (samit panih significa “con las manos juntas”); el segundo debe realizarse y fijarse en la ciencia espiritual (brahma-nistham) y debe experimentarse en el conocimiento védico (srotriyam).
El Bhagavad-gita (4.34) dice:
tad viddhi pranipatena pariprasnena sevaya
upadeksyanti te jnanam jnaninas tattva-darsinah
“Trate de comprender la Verdad dirigiéndose a un maestro espiritual, hágale preguntas con un espíritu sumiso y préstele servicio. El alma realizada puede impartirle conocimiento porque ha visto la Verdad”.
El espíritu humilde es el estado de ánimo más adecuado para aprender. Una actitud desafiante solo resultará en una pérdida de energía y tiempo. Visvanatha Cakravarti Thakura dijo:
yasya prasadad bhagavat-prasado
yasyaprasadan na gatih kuto’pi
“Sin la misericordia de un maestro espiritual genuino, no se puede avanzar”.
No es casualidad que Sri Jiva relate, entre muchos, precisamente esos versos (Srimad-Bhagavatam 12.12.68 y 69), donde también se resumen las cualidades que debe poseer un auténtico maestro espiritual.
- a) En primer lugar, señala que Sukadeva pertenece a un parampara: era el hijo (y discípulo) de Vyasadeva. El guru debe haber recibido el conocimiento de una tradición que haya permanecido intacta (evam parampara praptam …).
- b) Debe poseer la capacidad (que proviene de la gracia divina) de eliminar todos los pecados de la vida de los discípulos y esto no es posible si él mismo es un esclavo de ellos. Por tanto, debe ser trascendental a las modalidades y atracciones de la materia.
- c) La mente de tal persona está impregnada de sensaciones de viva felicidad, nacidas de la separación interior de la materia y de la comprensión de ser un alma espiritual de naturaleza saccidananda.
(d) Su corazón debe estar fijo en el lila de Krishna y no debe considerar ningún otro lugar digno.
(e) Debe manifestar el Bhagavatam, es decir, sentir la abrumadora necesidad de ir y dar a conocer la conciencia de Krishna en todas partes e iluminar el corazón de los materialistas abrumados por las efímeras e ilusorias atracciones de Maya.
Como dice Rupa Gosvami, el guru de Sri Jiva, esa persona “está calificada para hacer discípulos en todo el mundo”. La descripción de un devoto puro, un maestro espiritual genuino encaja perfectamente con la imagen y el ejemplo de un gran Vaishnava Acarya como Sri Jiva y nuestro Maestro Bhaktivedanta Svami Prabhupada.
Esta es una sección del libro “Tattva Sandarbha”, en Espanol.
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